Elegir es apostar
Siempre me ha parecido acertada esa frase que dice "en la vida no se pueden hacer borradores que pasar a limpio después". Lo hecho, hecho está. Lo dicho, dicho está.
Será por eso que a veces nos cuesta tanto tomar decisiones.

Invariablemente, en cualquier taller que facilito, siempre hay algún participante que me hace la misma pregunta: ¿Y entonces, qué hago?¿Qué debería decir?¿Cuál es la solución?
Los primeros años me costaba no responder. Entendía que, en mi profesión, uno tenía que comportarse como un experto y dar respuestas; que mi función era solucionar las dudas de mis clientes. Tardé un tiempo en darme cuenta de que eso no era exactamente así.
Tenía respuestas, por supuesto, las mías. Las que yo había encontrado a través de la experiencia. Sin embargo, aunque esas opciones pudieran resultar sugerentes para el otro, no servían. Lo que lograba era trasladar una falsa idea de que, para resolver cuestiones difíciles en la vida, existía un decálogo útil. Podían probar con mis propuestas, pero no aprendían nada y menos aún, encontraban la suya propia.
Tenía que atreverme con una respuesta diferente si quería de verdad ofrecer algo útil, de modo que, después de respirar dos segundos ante cada nueva pregunta, empecé a decir "No lo sé. ¿Con todo lo que has descubierto estos días, cuál se te ocurre que sería una buena opción para ti?
Las personas queremos respuestas. Queremos tener la certeza de que lo que vamos a hacer es lo mejor. Sin embargo, si tanto nos importa esa situación en la que nos debatimos, ¿Qué garantía nos ofrece la respuesta de otro? ¿Dejamos en sus manos el resultado? ¿El éxito o el fracaso van a depender de lo que otro ha decidido por mi?
Si de verdad nos importa lo que ocurra en nuestra vida y en nuestro trabajo, nos corresponde a nosotros elegir. Es nuestra libertad y nuestra responsabilidad.
Quizás debamos empezar por aceptar que no hay verdades absolutas y que las certezas apenas existen. Ningún gurú va a iluminarnos y ningún libro trae la receta a nuestros males. Está en nuestra capacidad para cuestionarios y aprender, está en nuestro coraje para elegir.
Es cierto, nunca podremos tener la seguridad completa de que las cosas saldrán como esperábamos, pero podemos confiar en que saldrán de la mejor forma que pueden salir. Si cada elección es una apuesta, mejor apostar con ganas.
“La vida diaria importa mucho más que los dioses y las teorías. De modo que observen su vida.”
J. Krishnamurti